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Día 11 y 12 Pingyao.
Nuestro último desayuno en Xi’an comienza tarde ya que no teníamos prisa para coger el tren que nos llevaría hasta Pingyao, uno de los destinos a los que más ganas tenía de ir (La ciudad de Pingyao se fundó en el siglo XIV, mantiene buena parte de su arquitectura original de las dinastías Ming y Qing, está rodeada por una muralla de 6km de longitud y 12 metros de altura y fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1997).
Ya os he comentado que mi paso por Xi’an no ha sido lo esperado y ahora después de haber estado allí reconozco que hubiera quitado una noche y se lo habría dado a otro lugar ya que lo que hicimos allí en dos días se podría haber hecho en uno. Desde luego que esto es una valoración personal y seguro que habrá mucha gente que no esté de acuerdo conmigo pero como todo, es cuestión de gustos.
Con las maletas hechas cogemos un taxi para ir a la estación de tren del Norte, nos costó 55 yuanes. Es una estación gigante. Nada más entrar como siempre, control de equipajes. Justo después están las ventanillas donde teníamos que recoger los billetes a Pingyao y ya que estábamos cogimos también los de Pekín pagando 5 yuanes por billete recogido con antelación). Entregamos las hojas que nos mandaron los de la empresa de trenes y no tuvimos ningún problema en sacar los billetes.
Lo siguiente comer algo (fuimos al Mc Donald y tiene la más alta valoración en salubridad alimentaria….. nosotros hemos entrado en sitios de carita roja y teniendo en cuenta que Mc Donald es lo que es…. Preferimos no pensarlo mucho después de haber leído bastante sobre el aceite de alcantarilla).
Allí esperamos a que llegase la hora de montarnos en el tren, fijaos en que anden os toca, lo pone en el billete. Una vez allí cuando abran las puertas bajáis hasta el a
ndén y buscáis pintado en el suelo el número de vuestro vagón porque ahí es donde va a parar y por donde tienes que entrar.
Nuestro tren era un tren bala (se puede viajar en tren litera de noche, de hecho es muy económico ya que te ahorras la noche de alojamiento pero nosotros preferíamos descansar por las noches y en un viaje las largo lo hubiéramos hecho en algún trayecto pero teníamos poco tiempo y queríamos ver todo lo posible pero bien descansados) Nos costó 150 yuanes por persona en segunda clase y tardamos 3 horas.
Llegamos ya al anochecer, teníamos ganas de llegar al alojamiento y no lo pensamos, taxiiiiii (siempre siempre siempre pedid que pongan el taxímetro así que cuidado con los taxistas que están parados porque intentarán daros precio y siempre va a ser más caro que con el taxímetro, recordad que el taxi en China es súper barato).
Después de un buen rato llegamos a la muralla de Pingyao (los vehículos no pueden entrar dentro, o al menos los taxis, autobuses… porque dentro luego ves coches particulares o eléctricos aunque hay algún tramo que no pueden entrar ni ellos) así que nos bajamos y le pagamos los 50 yuanes de carrera.
Había que buscar el hostel….
Las calles de Pingyao no salen tal cual en Google maps ya que algunas son muy estrechas con lo cual nos fue imposible encontrar el hostel, no había manera, por la noche parecía un laberinto así que decidimos preguntar en un hotel dónde estábamos y así intentar llegar por nosotros mismos. El personal de ese hotel fue de 10, les enseñé nuestra reserva de booking en chino y llamaron a nuestro hostel para que vinieran a buscarnos, en cuestión de 5 minutos allí estaban recogiéndonos en un coche eléctrico.
Lo ideal de Pingyao es alojarte en una casa tradicional con patio. Tienen un encanto especial y es como si estuvieras en otra época.
Esa noche tocaba paseo por las calles de Pingyao y buscar un sitio para cenar.
Por fin estaba viendo lo que tantas ganas tenía cuando decidí venir a China….
farolillos rojos y no los típicos de los restaurantes chinos sin encanto… si no de los que están a las entradas de las casas, en las calles, hospedajes…Y había a montones y yo, tan feliz!!!
Cenamos en un lugar que recomendaba Lonely Planet, Dejuyuan Guesthouse y vaya si fue un acierto…. Increíblemente rico todo y muy bien de precio y el lugar era un patio precioso, pedimos muchísimas cosas todo por 115 yuanes.
Por las noches está bastante animado, todas las tiendecitas están abiertas y hay muchos puestos callejeros, aunque también es cierto que nosotros justo pillamos el fin de semana que es cuando más gente ay y la verdad es que es cierto que por momentos caminar por las calles era un poco horrible pero por la noche aunque había gente no era como por el día ya que no todo el mundo que visita Pingyao pernocta allí. No tengáis duda, hacedlo aunque sea un día… nosotros lo hicimos dos.
Nuestro segundo día en Pingyao no empezaba muy prontito y teníamos que buscar un sitio para desayunar ya que el hostel no tenía cocina, solo un frigorífico donde podías coger una cerveza o un botellín de agua y donde depositabas en un cuenco la cantidad correspondiente aunque en la habitación te dejaban una garrafa de agua potable para el occidental. No lo pensamo
s mucho y volvimos al Dejuyuan Gesthouse lo cual fue un error porque para cenar o comer esta genial pero para desayunar no tanto ya que hay poco donde elegir y es caro. Nos costó 89 yuanes (los desayunos en China nos están dejando los bolsillos vacíos).
Como habíamos desayunado tarde decidimos saltarnos la comida y hacer una cena temprana a lo chino tipo las 6 de la tarde… lo conseguiremos????
La misma duda de siempre nos asalta…. Vamos a ver todo o seleccionamos sitios de interés??? En Pingyao existe una especie de entrada grupal que vale 130 yuanes con la que puedes entrar a casi todos los sitios turísticos. La entrada es cara pero venir a Pingyao y no poder disfrutar de sus casas señoriales y templos es faltarte la mitad de la experiencia así que decidimos pagarlo.
Félix se cogió una audio guía que vale 25 yuanes pero que hace lo que quiere como todas las audio guías en China. Lo mismo estás en el lugar número 4 y te salta el 7 y así estamos… pero bueno, al menos estaba entretenido… yo prefería sentarme a observar y hacer fotos artísticas con mi nueva cámara jeje.
Visitamos un montón de lugares, no todos pero si los más importantes como el templo de
Confucio, la casa de Finanzas, El muro de los nueve dragones, las murallas, la torre de la ciudad etc.
Muchos de estos sitios están a lo largo de la avenida principal, an Dajie (南大街) que está llena de comercios, restaurantes y puestos ambulantes.
A eso de las 16:30h me entró un hambre sobrehumano así que no pude evitarlo y paramos a comer algo en un bar muy molón. YO decía… de que me suena a mí este nombre… Sakura… mmmm déjame pensar…. Era uno de los bares que recomiendo lonely planet!!! Si es que tengo un ojo… Así que ahí estuvimos comiendo algo y haciendo las delicias de todo turista chino que pasaba por la calle y que se paraba a hacernos fotos (llega un momento en el que te acostumbras jejeje). La comida nos costó 78 yuanes.
Después de seguir conociendo la ciudad, nos dimos un masaje de cuerpo entero espectacular no, lo siguiente, eso sí, teníamos la espalda como si nos hubieran pegado una paliza ya que nos hizo algo “especial” que consistía en rascarnos con una especie de r
asqueta por toda la espalda, nos lo ofreció como un extra ya que decía que Félix lo necesitaba y a nosotros nos daba igual que lo necesitásemos que no, que hiciera lo que ella quisiera y a relajarnos.
Pingyao es un pueblo para pasear, perderte, salir de la muralla y verlo desde fuera… El templo de Confucio es una maravilla, la Torre de la ciudad de cuento y aunque esté lleno de gente (mala suerte: fin de semana y agosto) es una delicia de lugar donde te teletransportarás a la edad media China.
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